Portugal: expansión, con cuestiones por resolver

La Voz de Galicia (España)

Miguel Cardoso

29 Ene 2018 Artículo de Prensa

Las perspectivas para la economía portuguesa son positivas, aunque el país mantiene desequilibrios importantes que podrían lastrar la velocidad de recuperación si no se mantiene el esfuerzo reformador mostrado en los últimos años.

 

En particular, la actividad muestra una fuerte inercia, con tasas de crecimiento que en promedio se han mantenido entre el 2,5 y el 3% interanual durante los últimos tres trimestres de 2017. Detrás de lo anterior se encuentra la consolidación de la recuperación del gasto de los hogares que desde inicios de 2016 muestra el impacto positivo de distintos vientos de cola. Además, la evolución de las ventas de bienes al exterior ha sido particularmente positiva, gracias al crecimiento de la demanda en España y al buen comportamiento de sectores como el de maquinaria y equipo o de producción de vehículos. De la misma forma, las exportaciones de servicios van tomando una mayor importancia, gracias al buen desempeño del turismo. En particular, factores como la caída de los precios o la percepción de inseguridad en destinos alternativos competidores han hecho que las pernoctaciones muestren una tendencia ascendente y, por el momento, con pocos signos de agotamiento. Esto ha permitido en parte que durante los últimos trimestres se observe también una recuperación de la inversión en construcción dado el apoyo que ha significado el aumento de la demanda extranjera en el sector de la vivienda. Todo lo anterior se da en un contexto donde el sector público ha tenido que continuar con el esfuerzo de reducción del desequilibrio en sus cuentas, limitando principalmente el crecimiento del gasto.

 

Hacia delante, las expectativas son positivas apoyadas en un entorno internacional favorable y en la mejora en la percepción externa sobre las perspectivas domésticas. En particular, se espera que la recuperación global continúe y que sea más sincronizada. Asimismo, la política monetaria del Banco Central Europeo mantendría los tipos de interés en niveles históricamente bajos, por lo menos hasta la segunda mitad de 2019, cuando comenzaría un proceso de normalización gradual. Adicionalmente, la prima de riesgo portuguesa se está viendo beneficiada de la mejora sobre las perspectivas de crecimiento durante los próximos años, de las reformas implementadas, de la reducción de la incertidumbre sobre la política económica y de un entorno de elevada liquidez y búsqueda de rendimiento. Así, el coste de financiación del Tesoro portugués ha disminuido en más de 200pb durante el último año. Esto debería llevar a una mejora de la competitividad, ante la rebaja de los costes financieros.

 

En todo caso, persisten algunos riesgos. Por ejemplo, la sostenibilidad del crecimiento del gasto de los hogares dado que su tasa de ahorro se sitúa en mínimos históricos. Adicionalmente, es necesario avanzar en fortalecer aún más el balance de una parte del sistema financiero para que la reducción en los costes de financiación se transfiera al sector privado. Por otro lado, la productividad laboral se mantiene prácticamente estancada desde 2013, lo que podría suponer un lastre para la competitividad. Finalmente, el elevado nivel de deuda pública requerirá de la implementación de medidas adicionales para su reducción. A corto plazo, estos riesgos no serán suficientes para evitar que la recuperación continúe, pero es clave que se mantenga el esfuerzo reformador que permita una reducción virtuosa de los desequilibrios que persisten.