Recientemente, algunos bancos centrales de economías avanzadas, como el Banco de Japón (BoJ), han comenzado a alinear sus objetivos (entre otros, las operaciones de refinanciación) con la meta de una transición hacia una economía baja en carbono, vinculando su política monetaria a los objetivos del cambio climático.

Si para algo debieran servir las crisis económicas es para que todos aprendamos de nuestros errores. Una vez pasados los peores momentos, hace tiempo que debiéramos estar pensando en cómo arreglar lo que no funcionó y en cómo preservar lo que sí lo hizo.