Turquía | ¿Aterrizaje duro o no?

Resumen

Los datos duros confirman un firme crecimiento trimestral del PIB en el 1T25, (1,7% intertrimestral en el 4T24), impulsado principalmente por la demanda interna. No obstante, los indicadores adelantados sugieren una desaceleratión en el 2T25. Mantenemos la previsión de crecimiento 2025 en 3,5%, con riesgos a la baja.

Puntos clave

• Puntos clave:
• Los indicadores de la oferta divergieron en el 1T25, con una ralentización de la producción industrial, mientras que los servicios y la construcción siguieron siendo favorables. Sin embargo, los datos de producción de marzo apuntan a una desaceleración generalizada.
• El aumento de la incertidumbre debido a la inestabilidad interna a mediados de marzo y el impacto de los aranceles a partir de abril, junto con el endurecimiento de las condiciones financieras, han provocado un rápido empeoramiento de los indicadores de confianza en abril con respecto a las condiciones actuales y las expectativas a corto plazo para el 2T25.
• Nuestros indicadores de previsión del PIB muestran una clara desaceleración en la actividad para el 2T25, pero no tanto como implican los indicadores blandos. Seguiremos de cerca si esta tendencia se confirma o no con datos concretos.
• Nuestros indicadores de demanda apuntan a una nueva ralentización de la demanda interna con carácter intertrimestral, mientras que la contribución de las exportaciones netas al PIB podría seguir siendo negativa en el 2T25.
• El endurecimiento de las condiciones financieras, una política monetaria más restrictiva con el aumento de la incertidumbre mundial desencadenado por la guerra de aranceles señalan en conjunto unas condiciones difíciles tanto para la producción como para la demanda a corto plazo. Por ahora mantenemos nuestra previsión de crecimiento para 2025 en el 3,5%, aunque aumentan los riesgos a la baja.

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