BBVA Research

Entre 2025 y 2027, el PIB se expandirá impulsado por la demanda interna: consumo privado resiliente, gasto público que acompaña e inversión que repunta gracias a un mejor balance de la construcción. Inflación aún elevada, política monetaria cauta y un amplio déficit fiscal tensionan el panorama macroeconómico.

El crecimiento del PIB se situará en el 2,9 % en 2025 (0,1 pp menos de lo previsto en octubre), mientras que en 2026 y 2027 se espera que la expansión continúe con avances del 2,4 % (0,1 pp más que en octubre) y 2,0 %, respectivamente. Las perspectivas son positivas, aunque persisten desafíos estructurales relevantes.

En esta edición del OTMT analizamos la evolución del mercado de trabajo con la información disponible hasta el 3T2025. Hacemos un balance de la evolución de los principales indicadores agregados y analizamos el problema del relevo generacional.

La economía mundial se mantiene inestable, pero con un desempeño mejor de lo previsto. En Turquía, mantenemos controlado nuestro escenario base, con políticas restrictivas a corto plazo; pero hay un balance de riesgos hacia una tendencia inflacionaria más rígida, con mejoras más moderadas en las expectativas.

En 2025 el sector automotor acelera su dinámica en ventas. Fuerte avance en utilitarios e híbridos y eléctricos. Mayor capacidad de compra de los hogares y una tasa de cambio más apreciada, entre otros, han sostenido esta dinámica. Algunos de estos factores seguirán impulsando las ventas en 2025 y en 2026.

Argentina cuenta con un potencial minero de escala mundial. El desarrollo del litio y el cobre, junto al régimen de incentivo a las grandes inversiones (RIGI), podrían aumentar la producción y multiplicar por cinco las exportaciones hacia 2032, consolidando al país en la transición energética global.

La posición total en divisas de la economía siguió mejorando en el 3T25 (con los últimos datos de agosto), gracias al fortalecimiento de la posición en FX del sector público, liderado por el CBRT. La composición de la deuda externa continúa desplazándose entre el sector público y el sector real.

El consumo privado crecerá un 3,3% en 2025, dos décimas más que en 2024, y un 2,5% en 2026 impulsado por el avance previsto de la renta disponible y la riqueza de los hogares. Los bienes duraderos y los servicios seguirán liderando el aumento del consumo.